Afortunadamente, un presidente puede hacer pocas cosas sin contar con el Congreso. Desgraciadamente, una de esas pocas cosas es la guerra. Comandante en jefe y todo eso.
El artículo resume perfectamente las tonterías que salen de la boca y los gestos del presidente americano y cómo, afortunadamente, este señor ha llegado a un país serio, donde existen contrapesos a pesar de todo, y en el que su propia administración le hace poco caso. De todas formas, como también dice Roger, no subestimemos la capacidad que un presidente tiene de soprendernos, cambiar y adaptarse a su nueva situación. En España hemos visto varios ejemplos. Y recordemos cómo a Clinton se le llamaba inicialmente "increíble presidente menguante", para acabar, al final, casi en loor de multitudes.
Quizás Trump aprenda finalmente algo y en 2020 nos llevemos una sorpresa. Conserva cierto apoyo social primario que no se debe desdeñar tan pronto.
Y si me permites, Roger, por favor, aunque vivas en un mundo anglosajón, usa el subjuntivo cuando escribas en castellano, que si no hay párrafos que literalmente casi no se te entienden. Este, por ejemplo, habría quedado, me parece, mucho mejor así:
"Quizás este señor de 71 años aprenda finalmente a comportarse como un jefe de estado y de gobierno en un sistema político complicado y cargado de tradición, y consiga recuperar el respeto del resto de actores y políticos. Me sorprendería bastante que esto sucediera"
Dicho sea sin ánimo de ofender, porque el artículo da en la diana en los tres aspectos clave que trata: la tontería del presidente, los contrapesos frente a ella que existen en aquel país, y lo improbable de que el ancianete mejore con la edad.